Yo, particularmente, soy cristiana católica, pero eso no me hace creer a ciegas en que haya algo después de la vida. Por eso, intento sacar el máximo partido a cada momento, para que cuando esté delante de la muerte no me arrepienta, sino que pueda sonreír por haber hecho las cosas que siempre había querido hacer.
Todo esto viene a cuento de que ayer, fue el cumpleaños de un buen amigo, Luengo, y le preparamos una sorpresa y tal, y el caso es que nos sobró tarta. Yo siempre había querido estamparme una tarta en la cara, así que, aunque al principio me daba un poco de asco, lo hice, y la verdad es que me encantó la sensación. Con esto no os digo que os dediquéis a pegar tartazos al personal para hacer más feliz a la gente, pero que lo que vosotros queráis hacer, lo hagáis, sin miedo, y que cuando llegue el fin de vuestra vida, estéis orgullosos de que no se hubiera quedado en un "Yo siempre he querido . . . "
PD: Si queréis ver el vídeo del tartazo, aquí os lo dejo. ¡Besos! <3
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